Portada del sitio - Comunicación - INCIDENTES Y REPRESION CONTRA LOS FILETEROS MARPLATENSES

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Los enfrentamientos se dieron en el marco de la Banca 25. Los trabajadores de CTA habían concurrido con la intención de manifestar la situación que se vive dentro de la industria pesquera de Mar del Plata, a dos meses de una virtual parálisis del sector.

Roberto Villaola, Secretario General de la Unión de Trabajadores del Pescado y Afines, (UTPyA) entidad enrolada en la FETIA- CTA y Raúl Calamante Secretario Institucional de la CTA de la Provincia de Buenos Aires entraron al recinto donde se encontraron con personal ajeno al municipio exhibiendo armas de fuego, Villaola y Calamante permanecieron horas ocultos en un sector de la municipalidad para no ser vistos por esta patota que los trabajadores identificaron como la fuerza de choque del SOIP, el sindicato que dirige Cristina Ledesma, encabezado por Ramón Cousiño junto a sus hermanos, acompañados de reconocidos personajes de la barra brava del Club Aldosivi.

Los militantes de CTA dijeron que la bomba molotov que provocó el incendio en un vehículo estacionado en la vía pública fue arrojada desde adentro del palacio municipal y que los disturbios sucedieron luego de que fueran atacados con balas de goma por parte de la policía, tres de ellas impactaron en el rostro de Roberto Villaola, Secretario General de UTPyA-CTA.

UTPyA es una organización gremial creada hace varios años como consecuencias del abandono del Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (SOIP).

La Banca 25 o Banca del Pueblo, existe en varios municipios, por ejemplo, en Mar del Plata. A pesar de que poco se conoce sobre su funcionamiento y alcance, constituye un canal de expresión institucional que faculta a personas tanto físicas como jurídicas para utilizar una banca del concejo deliberante con el objeto de expresar asuntos de interés para la comunidad.

Los trabajadores pretendían exponer que desde hace dos meses ven agravada su situación, sumado a una explotación que recae sobre los fileteros día y noche, si hay paros de los estibadores, los marineros y armadores –como viene sucediendo hace dos meses- en reclamo de mejoras salariales, el filetero se consuela cuando el paro termina, mientras tanto el hambre atraviesa sus hogares como esos puñales de injusticia que durante décadas llevan clavados en sus estómagos, porque si paran los estibadores los fileteros no trabajan ni cobran, ni comen.

“Es lamentable que la policía que debe cuidar a los ciudadanos y el sindicato que debe defender a los trabajadores sean quienes ejerzan la peor violencia contra ellos dijeron” los trabajadores del pescado.